Es un mito colombiano que se trata del espíritu maligno de algún demonio que se manifiesta en el pájaro del mal agüero llamado silbador; un pequeño pájaro de color negro, tan negro como las tinieblas de la noche, es siniestro y muy temido.
Con sus tétricos graznidos, predice la desgracia a quien lo escucha, según los campesinos es un ave proveniente de lo más profundo del infierno y es fiel compañero de las brujas.
Se dice que se posa en la copa de los árboles más altos para dejar salir su tan aterrador canto manifestando al espectador una grave enfermedad o la propia muerte.
Según cuentan sus horas preferidas son entre las 10 de la noche y la 1 de la madrugada.
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